Por José Eugenio Hoyos
Al comenzar
una Misa de Sanación, o por los enfermos o Misa Carismática sería importante
recordar a los asistentes que quien va a obrar milagros y sanación directamente
es Jesús medico Divino.
Millones de
personas hoy están buscando con urgencia ser curados del cáncer p cualquier
enfermedad terminal y ser testigos de un milagro, pero se olvidan o ignoran que
quien es la fuente de esa sanación o liberación tiene un nombre y etiqueta
definida: Dios.
Aunque para
muchos la necesidad de orar no tiene la importancia, incluso Dios solo sea un
añadido a tu historia, el orar con fe, y convencimiento abre diversos canales
para que fluyan la sanaciones y los milagros. Si de verdad anhelas que se te
conceda una sanción que le dé un giro a tu enfermedad o por la situación difícil
que estés pasando o experimentando, debes iniciar un proceso de intimidad,
guiado por una fuerte oración, una sentida alabanza y una profundización continua
de la lectura de las Santas Escrituras.
Pues el
encuentro autentico con Dios, transforma el dolor, cura las heridas y le da
otro sentido a la existencia, es la vivencia de un amor que sobrepasa el entendimiento
humano e ilumina nuestro diario vivir.
Así como en
la farmacia encontramos medicinas en el corazón misericordioso de Cristo
encontramos el antídoto para nuestra Sanación.
San Juan
Bosio siempre decía: “Procurad siempre vivir en la amistad de Dios.”
La enfermedad
no es otra cosa que un pretexto del cual Dios se aprovecha para bendecirte
Y la Renovación
Carismática está llena de Bendiciones!
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