Wednesday, September 24, 2014

¿Por qué los católicos veneramos imagines?

Por el Rev. José E. Hoyos.
 
Dentro de nuestra pastoral y de la Evangelización que por muchos años llevamos desarrollando con nuestra comunidad hispana dentro de la Diócesis de Arlington, con frecuencia escuchamos la pregunta: ¿Por qué los católicos adoramos las imágenes? Si está prohibido en las Sagradas Escrituras pero lo primero que hay que celebrar es que dentro de la Iglesia no adoramos imágenes, sino que las veneramos que es totalmente diferente.
Nuestra laborar pastoral es urgente dentro de la Nueva Evangelización, pues el acoso de las sectas evangélicas se intensifica para confundir a nuestra gente católica, especialmente a nuestros feligreses que provienen de lugares donde la formación doctrinal ha sido deficiente y los protestantes utilizan el tema de las imágenes como su caballo de batalla.

Para enfrentar el problema con seriedad, no basta citar algunos textos bíblicos, donde se dice que se puede tener imagines (Ex 25, 18; Núm. 21, 8; Jueces 17, 4-5, 1 Reyes 6, 23-35, 35-51). Hay que ir aclarando que existe una enorme diferencia entre la Virgen y la imagen de la Virgen, San Antonio y la imagen de San Antonio, el niño Dios y la imagen del niño Dios. Los objetos que la Iglesia persigue al fomentar las representaciones religiosas es:

1.      El establecimiento de la Casa de Dios.

2.      La enseñanza y edificación de los fieles.
 
 
En efecto, una representación gráfica tiene mucho que decirnos. Debe instruirnos, conmovernos y mejorarnos. Además, es importante recordar a los fieles que la veneración que tributamos a las imágenes, no va dirigida  a ellas en sí, sino a las personas representadas. Definitivamente los católicos veneramos las imágenes porque nos ayudan a acordarnos de Jesucristo, de los santos y la Virgen María, es decir no damos culto ni ofrecemos sacrificios humanos, ni de animales, a la madera, al metal, al yeso o al cartón, sino a la persona allí representada que nos ayuda o intercede desde el cielo.
Es lo mismo que sucede cuando le damos un beso a la foto de alguien muy querido: no estamos besando al papel, ni adoramos esa foto, simplemente es un acto de simpatía, de cariño que le queremos dar a la persona ausente que vemos en esa imagen. Las imágenes no son nunca adoradas en la Iglesia Católica como si fueran dioses. Venerar: es respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o por lo que representa. Adorar: es reverenciar con sumo honor o respeto aun ser considerándolo como cosa divina.

Monday, September 15, 2014

Sanaciones en Eucaristía con el padre José Eugenio Hoyos y el Ministerio de Sanación.

Algunos de los testimonios de la sanación de Cristo.

*En una misa de Sanación sentí que mis huesos se iban a salir de mi piel  y luego de visita al médico me dijo: Mujer tu osteoporosis ha desaparecido.

 

*Luche por muchos años con la depresión y quería suicidarme varias veces, asistí como pude a las Misas de Sanación, la Oración y Cristo me salvaron de la muerte. Ahora he sido liberado en la Misa de Sanación.

 
*Yo había entrado en metástasis por un cáncer severo en los ovarios, después de asistir a las Misas de Sanación mi Oncólogo me ha dicho que la metástasis y el cáncer han desparecido por obra de Dios y el medico no se explica cómo. Pero yo sé que es la gloria y el poder de Cristo. ¡Amen!


Wednesday, September 10, 2014

El Padre Eugenio Hoyos pide a los carismáticos vivir los carismas y dones a plenitud

Por Karla Alemán


El Padre José Eugenio Hoyos asesor de la Renovacion Carismatica en la Diocesis de Arlington en la Escuela reciente de formación, invito a los carismáticos a seguir fieles a la doctrina de la Iglesia Catolica, a no perder la identidad y espiritualidad carismática, a vivir en plenitud los sacramentos, a ser adoradores del Santísimo Sacramento y a trabajar más en la unidad y en perseverancia en la oración y la contemplación.
El Padre Hoyos dice: “Debemos desear y pedir los carismas de servir, administrar, distribuir limosnas, dirigir, denunciar, proclamar la liberación, etc.” (Rom 12, 7-8). Hay que sensibilizarnos, para no quedar indiferentes ante los llamados de la Iglesia y del mundo, ni ante los esfuerzos que otros hacen, en los lugares más cercanos a nuestras comunidades.

Debemos tomar conciencia del pecado social en que viven nuestras familias en Latinoamérica y en muchas partes del mundo, y su necesidad de liberación por Jesus liberador. Hay que aprender a encontrar en el caminar de la Iglesia nuevos capítulos de la historia de la salvación. Es preciso leerlos con visión profética para interpretar los signos de los tiempos para descifrar lo que Cristo quiere regalarnos en la edificación del Reino de Dios. Participar con más fuerza y visibilidad en la Nueva Evangelización utilizando con diligencia y astucia las páginas digitales y los medios de comunicación para mostrar un Cristo Vivo, Sanador y Liberador.
Anunciar con Esperanza profética que el Espiritu Santo nos guiara a la verdadera civilización del amor.