Por José
Eugenio Hoyos
La
Renovación Carismática debe impulsar en cada evento, congreso de sanación o
evangelización y en cada grupo de oración, o al terminar un seminario de Vida
en el Espíritu a que cada Carismático se mantenga en acción.
Es
importante conocer que una gran parte de los que profesan ser Católicos creen
en un Dios impersonal; en otras palabras, una fuerza impersonal. Esto significa
que muchos de nosotros no tenemos una relación persona ni íntima con la fuente
de nuestro propio ser.
Si el
bautismo nos lleva a una comunión íntima con la Santísima Trinidad, Padre Hijo
y Espíritu Santo, las tres personas de Dios. ¿Por qué tantos de los hijos del
padre no lo conocen personalmente?
Para
responder esta pregunta, necesitamos volver a examinar la experiencia que hemos
vivido con Dios. “Vivir nuestra fe” “vivir la vida espiritual” “volver a vivir
la experiencia de Pentecostés” “No tener miedo de vivir los Carismas” y
regresar al primer amor.
Cualquiera
que sea la frase es tener una relación con nuestro maestro y amigo Jesús,
practicar la fe, vivir los sacramentos orar y alabarlo en comunidad.
El Papa
Francisco observo recientemente que “Nadie se salva solo como individuo
aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de
relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana Cristo vino
para salvarnos como miembros de su cuerpo místico, que es la Iglesia.
Cuando
alguien te pregunta en que Iglesia te congregas dile pues en la Iglesia de
Cristo ya que soy 100% Católico 100% Carismático y evangelizo y predico el
evangelio de Jesús y me encuentro ¡Bendecido, Encendido, Sanado y en Victoria!
Amen Gloria a Dios.
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