Por José
Eugenio Hoyos
Desde que se abrieron las puertas para celebrar el Jubileo de
la Misericordia, La Renovación Carismática (RCC) también se unió para abrir las
puertas de los grupos de oración en oración y alabanza.
La historia de la Renovación Carismática siempre ha estado
acompañada de las poderosas obras de Misericordia que han sido un mandato
divino y se ha manifestado en los ministerios de caridad de sanación y de liberación.
La Iglesia durante este año nos invita a vivir la
misericordia con una actitud más inclusiva, de abrirse a las periferias. Para hacerlo
de una manera concreta y explicita brindó diversas obras de misericordia, tanto
espirituales como corporales, que se puedan realizar. Y esas obras corporales los
grupos de oración Carismáticos la han estado realizando en la visita y apoyo a
los enfermos, en las misas de sanación, dando comida a los pobres, a las
familias deportadas y que andan sin trabajo, en los ministerios de visitar a
las cárceles, y en las obras espirituales. Llevando el Evangelio de Jesús, en
los seminarios Vida en el Espíritu… en los congresos, retiros y crecimientos,
en la consejerías de familia y matrimonio, y las oración y plegarias que se
hacen por los vivos y los muertos.
Cuenta más sean nuestras acciones concretas y coordinadas que
nos lleven a experimentar y promover la misericordia en el día a día, con mayor
solidez estaremos dando respuesta a los retos que nos plantea la sociedad
actual es con testimonio que traemos más fieles a los pies de Cristo.