Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Así como lo lee: “Toda sanación, curación y milagros serán concedidos para todo el que cree y tiene fe en el poder sanador de Jesús”. En la Biblia encontramos muchísimos y extraordinarios ejemplos de la sanación del Nazareno, pues las Escrituras nos relatan que Cristo sanaba a todos los enfermos que le traían o se acercaban a Él. “Todo lo que deseen lo pedirán y se les concederá” (Juan 15:7).
La curaciones no solo sucedieron en el tiempo del Nuevo Testamento, esas curaciones milagrosas siguen estremeciendo los corazones duros de las personas para la glorificación de nuestro Señor y demostrar con sus obras que Él vive. Cristo cuando sana muestra una vez más que la palabra es verdad y vida.
Jesús nunca va a negar la sanación a una persona si la persona se prepara bien. Por ejemplo, en ayuno, en oración, se pone en paz y en orden con los sacramentos, especialmente el de la penitencia y el de la Eucaristía. Fe es la medicina eficaz para una sanación completa y eficaz. “Todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo tendrán” (Marcos 11:24).
En cuantos eventos, retiros y misas de sanación que he orado e impuesto las manos por tantas personas que han necesitado urgentemente la presencia de Dios. Para ser liberadas y sanadas de enfermedades terminales, del alcohol, la adicción al sexo, la pornografía, el cigarrillo, el odio, el resentimiento y ahora se encuentra glorificando a Dios por el alivio y la sanación recibidas. Por eso San Marcos en el capítulo 16: 17-18 nos repite: “Y estas señales acompañaran a los que crean… pondrán las manos sobre los enfermos y los sanaran”. La mayoría de los seres humanos se encuentran atrapados en las tensiones de este mundo que producen stress, depresión y muerte espiritual, pero Cristo con su poder de sanación viene a romper esas ataduras. Jesús sigue sanando a las personas con la misma intensidad de antes. Glorificado y alabado sea Jesús sanador de mi persona. Bendecidos, Encendidos y en Victoria.
Así como lo lee: “Toda sanación, curación y milagros serán concedidos para todo el que cree y tiene fe en el poder sanador de Jesús”. En la Biblia encontramos muchísimos y extraordinarios ejemplos de la sanación del Nazareno, pues las Escrituras nos relatan que Cristo sanaba a todos los enfermos que le traían o se acercaban a Él. “Todo lo que deseen lo pedirán y se les concederá” (Juan 15:7).
La curaciones no solo sucedieron en el tiempo del Nuevo Testamento, esas curaciones milagrosas siguen estremeciendo los corazones duros de las personas para la glorificación de nuestro Señor y demostrar con sus obras que Él vive. Cristo cuando sana muestra una vez más que la palabra es verdad y vida.
Jesús nunca va a negar la sanación a una persona si la persona se prepara bien. Por ejemplo, en ayuno, en oración, se pone en paz y en orden con los sacramentos, especialmente el de la penitencia y el de la Eucaristía. Fe es la medicina eficaz para una sanación completa y eficaz. “Todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo tendrán” (Marcos 11:24).
En cuantos eventos, retiros y misas de sanación que he orado e impuesto las manos por tantas personas que han necesitado urgentemente la presencia de Dios. Para ser liberadas y sanadas de enfermedades terminales, del alcohol, la adicción al sexo, la pornografía, el cigarrillo, el odio, el resentimiento y ahora se encuentra glorificando a Dios por el alivio y la sanación recibidas. Por eso San Marcos en el capítulo 16: 17-18 nos repite: “Y estas señales acompañaran a los que crean… pondrán las manos sobre los enfermos y los sanaran”. La mayoría de los seres humanos se encuentran atrapados en las tensiones de este mundo que producen stress, depresión y muerte espiritual, pero Cristo con su poder de sanación viene a romper esas ataduras. Jesús sigue sanando a las personas con la misma intensidad de antes. Glorificado y alabado sea Jesús sanador de mi persona. Bendecidos, Encendidos y en Victoria.
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