Por José
Eugenio Hoyos
Cuando participo en eventos o congresos Carismáticos me da
mucha alegría del poder ver tantas personas sedientas del amor de Dios. Se siente
la presencia de Dios pero también nos podemos dar cuenta de la desunión de
algunos grupos de oración.
Da lástima que cuando uno visita algunas Diócesis, países o
regiones aquí en los Estados Unidos o fuera del país nos encontramos con
coordinadores, presidentes o directores que llevan más de 20, 30 o 40 años
dirigiendo la RCC sin darles oportunidad de liderazgo a las nuevas
generaciones.
Este Jubileo tiene que traernos nuevas ideas, nuevas
iniciativas para reforzar nuestros grupos de oración que se han ido fatigando y
debilitando con el tiempo la excusa es la misma: “Yo sigo de coordinador de mi
grupo de oración porque nadie quiere comprometerse y no hay candidatos que
quieren servir en la dirección.” Y esto no es el reflejo de la espiritualidad Carismática
mundial. Esto no significa ser “Renovados en el Espíritu” pues nuestra misión es
renovarnos sin miedo ni temores en todo sentido.
Un coordinador no debe estar en el mismo puesto por mas de 3
años, debe haber elecciones en el grupo a nivel local, regional o nacional, lo
contrario sería una falta de formación de líderes, una actitud egoísta o un
amor al poder y no a la voluntad del Espíritu de Dios.
No es el hombre mismo quien desarrolla dones y carismas es
Dios quien la siembra en el corazón de los creyentes cuando hay fe y
perseverancia en el servicio. Antes de la celebración del Jubileo de Oro de la Renovación
Carismática debemos practicar, la unidad, la caridad, la solidaridad, el perdón
y la practica del Evangelio para que se produzcan fuertes testimonios que
atraigan mas personas a esta bendita corriente de gracia: La Renovación Carismática,
nos falta mas oración y mas unidad.
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