Por José Eugenio Hoyos
La Renovación
Carismática Católica no es un movimiento más, es una fuerte y poderosa corriente de gracia. Un gran
regalo de Cristo sobre nuestra Iglesia.
La Renovación
Carismática no nació hace solo 50 años, la Renovación Carismática nació con la
Iglesia, nació en Pentecostés, y es una corriente de gracia pues broto de la
herida del costado de Cristo, donde la sangre tomo una dirección directa guida
por la fuerza del Espíritu Santo es el gran motor de la Iglesia.
La Renovación Carismática no nació en el Concilio Vaticano II. Todo lo contrario el Concilio Vaticano II abrió nuevas puertas para que los Católicos investigaran más acerca de la fe y apreciaran más nuestra sana y santa doctrina Católica.
Los Carismáticos
son una corriente espiritual conservadora, obediente a la Jerarquía y a la
doctrina de la Iglesia, Católicos formados en la base de los Sacramentos, somos
fieles adoradores del Santísimo, tenemos una devoción al Santo Rosario y por
general somos Marianos.
Creemos en
el poder del Evangelio y nuestro centro de la fe es la figura de Cristo Jesús. Nuestra
formación está basada en las encíclicas, dogmas, y en la Santa Doctrina de la
Iglesia.
El Espíritu Santo
esta desde el origen de Jesús en su misión y en sus acciones. Y El a su vez se
lo promete a sus discípulos: “Cuando os entreguen, no os preocupéis de como
hablareis ni de que diréis…. Porque el espíritu de vuestro Padre hablara a través
de vosotros.” (Mateo 10, 19-20)
Todo Católico
por el Bautismo es 100% Carismático pues todos hemos sido bautizados en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y en la Confirmación hemos
sido sellados con el fuego del Espíritu Santo.
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