Por Kelvin Saravia
Todavía continúa la gente en El Salvador por las poderosas
manifestaciones, sanaciones y milagros sucedidos durante el Tercer Congreso de Sanación
interior organizado por la Fundación Dei Verbum. El Padre José Eugenio Hoyos
predicador principal de este evento de sanación y liberación nos ha dicho: “Todas
estas sanaciones y milagros son auténticas porque la fe y la oración han sido
guiadas por el poder y la fuerza de el Espíritu Santo y en este congreso se sintió
la presencia real de Jesucristo.”
Marcos 10:27 nos dice: “Para los hombres es imposible, aclaro
Jesús, mirando los fijamente pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es
posible.”
Es importante aclarar que un milagro o una sanación no es un
rompimiento de una ley natural, como muchas personas piensan que es. Es sencillamente,
algo que no se puede explicar mediante
leyes naturales y que se atribuye directamente a una intervención divina, de
parte de Dios.
Si Dios tiene conocimiento perfecto sobre las leyes físicas que
El creo y sabe exactamente como interactúan con el universo que Él hizo,
entonces no es difícil ni ilógico pensar que Él puede utilizar ese conocimiento
para su propósito.
En otras palabras Dios es el dueño de la vida y Él tiene la última
palabra y la verdadera medicina cuando el Padre Hoyos pidió que los asistentes
levantaran sus manos y empezaran a orar, no era el Padre Hoyos que sanaba, era Jesús
que actuaba y con su sangre y llagas curaba los enfermos. Pudimos ver como una
señora inválida en medio de la oración después de muchos años de permanecer en
silla de ruedas comenzó a caminar.
Los milagros y las sanaciones llevan a las personas a la adoración,
al asombro a orar mas y a enamorarse mas de Dios.
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