Por José Eugenio Hoyos
No solo es
importante sino fundamental que nuestra gente que forma parte de los grupos de oración
y de la Renovación Carismática sanen y liberen heridas de su pasado para que más
fácil pueda obrar en la vida de los creyentes la acción del Espíritu Santo. Carismático
con mente sana tendrá un espíritu Santo y con más fortaleza.
La sanación interior
como intergeneracional son poderosas oportunidades de reconocer y llevar sanación
a cosas que influyen en la familia desde el pasado, antes de nacer, en la concepción,
en el embarazo, con repercusiones para el presente y el futuro.
La sanación interior
es un proceso que ayuda a las personas a curar sus heridas internas,
debilidades, obsesiones, traumas, complejos, problemas internos, problemas de
personalidad y otros, y se vale de técnicas psicológicas y psicoterapéuticas aunadas
con una visión de Fe, creencias y valores que le ayuda a acelerar su proceso de
curación interna.
Todo lo que
se acumula en nuestro inconsciente “personal” a través de experiencias
personales de nuestros antepasados en las distintas generaciones nos afecta a todos
de diferentes maneras.
Lo que está
en el fondo de mí ser no solo lo que ha ocurrido en mí personalmente, sino lo
que ha ocurrido en mi familia, a través de generaciones.
Cualquier cosa
dentro de mí que se niega a bendecir, necesita perdón, sanación, u oración de liberación.
Lamentaciones 5, 7 nos dice: “Nuestros Padres pecaron: yo no existen; y
nosotros cargamos con las culpas.”
Dentro de la
Renovación Carismática se nos da la oportunidad que a través de una fuerte
dosis de oración podamos ser liberados de cargos difíciles de nuestro pasado y
sentirnos libres con la acción del Espíritu Santo.
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