Por José
Eugenio Hoyos
“No tengáis miedo” serían las palabras más poderosas que
Cristo Jesús quiere decirnos en este tiempo de Cuaresma a todas las familias
inmigrantes que se preparan para vivir la pasión, la muerte y la resurrección
de Jesús en esta Cuaresma.
Muchas Parroquias también se preparan para vivir el V Encuentro
Católico Nacional de la pastoral Hispana que nos ayudara a fortalecer más
nuestra fe y a participar más activamente en la Nueva Evangelización.
Una de las canciones del V Encuentro nos invitan a
reflexionar sobre los pies de Jesús: “Cristo no tiene pies en el mundo, sino
los tuyos.”
Cuando Jesús cargo la Cruz en el camino al Gólgota lo hizo
sin sandalias, al camino era pedregoso y polvoriento, El con mucha dificultad
lo hizo descalzo.
Se nos dice que El actualmente camina de la misma forma por
cada inmigrante que sufre, que es rechazado, perseguido e ignorado; Jesús
camina en el mundo buscando aliviar la aflicción y el sufrimiento profundo. Se
nos invita a seguir los pasos de Cristo consolando el dolor paso a paso dejando
sus huellas de amor, tú y yo somos el cuerpo de Cristo, tú y yo somos
misioneros del Evangelio del Señor, todos somos la familia de Jesús en un mismo
Bautismo y una misma fe.
“Cuan hermosos son sobre los montes los pies del que trae
alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien. Del que
publica salvación, del que dice a Sión: ¡Tu Dios reina!” Isaías 52:7. Los pies
del inmigrante deben oler a avanzada, debemos dejar de quejarnos tanto y orar más.
Muchos Católicos no avanzan ni crecen espiritualmente se
estancan en sus ministerios porque a toda hora y en todo momento se viven
quejando y se llenan de temor y espanto por miedo a las redadas y deportaciones
nos dice el Salmista (26:11-12) “El Señor fue quien no permitió que
resbalasen.” En nuestra Iglesia Católica se debe ejercer el equilibrio en todos
los sentidos, desde el invitar a otros cada domingo a la Eucaristía, el
participar los viernes en los viacrucis, el fomentar el sacramento de
penitencia, el participar en las obras de misericordia etc. Encontrando siempre
igualdad tanto en la presencia del Espíritu santo al igual que con la práctica
del Evangelio de Cristo, se debe tener también un equilibrio en recibir y dar,
no podemos solo recibir y recibir y dejar de trabajar en la obra de la Iglesia
porque el vaso se rebosa y se derrama lo que hay por dentro echándose a perder.
Nuestros pies deben estar afirmados por el Espíritu Santo, Él
nos afirmara y en su nombre la enfermedad se detendrá, ha hechicería se
anulará, el pecado saldrá huyendo de nuestras vidas.
En tiempo de Cuaresma debemos buscar la santidad no debe ser
buscada solo los domingos, sino a diario para que nuestras vidas sean
transformadas y en todo tiempo estemos listos para entrar en la presencia de
Dios.
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