Friday, September 9, 2016

Carismaticos Llamados a la Unidad con la Iglesia

Por José Eugenio Hoyos


La Renovación Carismática Católica (RCC) no es una corriente que va separada en la Iglesia, todo lo contrario somos parte de una Iglesia que nos ha visto, crecer, nacer y florecer.

La Renovación Carismática ha sido un gran ejemplo de unidad, de Evangelización y de apoyo a todos los ministerios pastorales de nuestra Iglesia.

“Nadie puede poner otro cimiento que el que ha sido puesto, Jesucristo” (1 Cor 3, 11). Si Jesús asegura a Pedro que sobre el edificara su Iglesia (Mateo 16, 18). Y si en su carta a los Efesios Pablo llama cimiento a los apóstoles y profetas, es en base a que Cristo sea reconocido la piedra angular (Efesios 2, 20).


En la Renovación Carismática, todos los Carismáticos formamos el cuerpo Místico de Cristo, en el que Él es la cabeza y nosotros los miembros.

El principio vital de ese cuerpo místico es el Espíritu Santo que nos transmite la vida que en el ánima: “El que tiene el Espíritu de Cristo no le pertenece” (Rom 8, 9).

Con razón decía San Ireneo: “Donde está la Iglesia, allí está el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios, allí esta también la Iglesia y toda su gracia.” Y San Agustín afirma lapidariamente: Lo que es el alma en nuestro cuerpo, eso es el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.”


Los Carismáticos debemos estar siempre unidos en el cuerpo místico de la Iglesia Universal.

La misma liturgia de la Iglesia nos recuerda esta función unificadora del Espíritu:

“Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del cuerpo y sangre de Cristo.”

Sin unidad ni conexión directa con la Iglesia los Cristianos Carismáticos sentirán la ausencia de sanaciones, liberaciones y milagros.

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