Nunca dejara de sorprenderme la fuerza que hay dentro de la Iglesia y el gran poder de la Oración en la Renovación Católica Carismática.
Como dice el Padre Jose Eugenio Hoyos Director de la Renovación
Católica Carismática de la Diócesis de Arlington, Virginia: “Cada vez que los Carismáticos
empiezan a Orar, a Alabar a Dios y a desarrollar los dones y carismas, es en
ese momento en que se prenden los motores de la Iglesia y se siente la fuerte
presencia de un nuevo “Pentecostés”.
Durante su preparación los Apóstoles viajaron a varios sitios
a Sanar y a Evangelizar, igualmente cada persona que pertenece a los Carismáticos
tiene como misión principal Evangelizar y llevar el Evangelio de Cristo a todas
aquellas personas alejadas de la
Iglesia.Todos los Bautizados y que hemos hecho el Seminario de vida en el Espíritu, debemos demostrarlo con nuestro testimonio de vida.
San Lucas en el capítulo 10: 8-9 nos dice: “en toda ciudad que entren y los alojen, coman lo que les sirvan, Sanen a los enfermos y digan a este pueblo: “El Reino de Dios ha llegado a Ustedes”.
Hay una afirmación definitiva de que el poder de Jesús fue
transmitido a los Apóstoles: “Todo el poder del Cielo y de la tierra me ha sido
dado. Por tanto vayan y hagan discípulos en todas las naciones bautizándoles en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Me impresiona es la Fe y la concentración en la Oración de
cada persona que asiste. Por ejemplo a las mismas de Sanación allí se refleja
la presencia viva de Cristo.
La Sanación interior y cualquier curación traen integridad y es
el resultado de una Fe fuerte y de una Oración viva en cada creyente.
La Oración acompañada de Alabanzas son la gran fuerza
sanadora para todos los que tiene Fe en Cristo, pues en verdad estamos
Bendecidos, Encendidos, Sanados y en Victoria; y Sanados Setenta veces siete.
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