Nuestra fe católica nos muestra varias formas y caminos para encontrar la verdad en Cristo, y animarnos a seguir viviendo y participando como miembros activos en la Iglesia. Jesús nos dice con firmeza y autoridad: Animo, animo, animo! Yo he vencido al mundo y venceré el pecado y todo lo que es negativo en tu vida.
Cristo conoce perfectamente las dificultades a las cuales nos estamos enfrentando; las pruebas y las situaciones que nos tienen preocupados y tristes. Por tal razón, hoy vienen con fuerza a regalarnos un soplo de vida especial cuando nos dice: “Les he dicho todo lo anterior para que en Mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque Yo he vencido al mundo” (Juan 16, 29-33). Hoy en este momento Dios nos viene a traer una nueva vida, una nueva esperanza, una gran oportunidad para comenzar de nuevo con unas cortas palabras, pero tan reales y tan llenas de vida que tendrían que confortar nuestro corazón. Están acompañadas de la fuerza del Espíritu Santo.
En la vida tendremos muchos obstáculos que saltar, pero no le pidamos a Dios que nos quite los obstáculos, sino que nos ayude a poderlos saltar. En San marcos 6-47 y siguientes nos dice: “Animo, soy Yo no teman”, subió entonces con ellos a la barca y el viento se calmó. Ellos quedaron más sorprendidos todavía”.
Con nuestra actitud de miedo en la vida, perdemos la oportunidad de ver o encontrar cosas maravillosas, como por ejemplo, tener un encuentro personal con Cristo Jesús, creer en la intercesión de Maria nuestra Madre, de disfrutar el rezar el Santo Rosario en familia, etc.
No es momento de tener miedo, ni mucho menos de rendirnos, no hay nada que te pueda hacer dejar de creer en lo que Dios ha hecho y seguirá haciendo en tu vida, por lo tanto ¡Anímate! Porque Cristo ya ha vencido muchas veces por ti, por mí y por todos.
Cristo nos da la salida a todo aquello que en su momento creíamos que no la tenía. Así es Dios, así es El, simplemente rindamos delante de Él y busquémoslo de corazón. Nos toca ahora dar la cara por Cristo, como El dio la vida por nosotros. El tener fe y creer en Cristo es el principio de toda bendición para el alma. No hay otro que sea tan enteramente digno de toda nuestra confianza como Jesucristo nuestro Señor. Jesús ya venció, así que anímate!
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