Monday, September 26, 2011

Para que haya sanación es necesario decir "SI" a Cristo

Rev. Jose Eugenio Hoyos

En retiros, Misas de Sanación, eventos carismáticos, jornadas de alabanza y milagros y en cuento lugar he sido invitado a predicar encuentro cantidad de personas que siempre me cuestionan con la pregunta o preguntas: “¿Padre Hoyos, cual es el mejor método espiritual para recibir sanación? ¿Por qué cuando oran o imponen manos sobre mí, no me sano inmediatamente? Pues la respuesta es muy sencilla: “Hay que entregarse completamente a Cristo y decirle: ‘Si’”.

Igualmente la salud y curación completa que Dios quiere darnos es que seamos como su hijo amado, que formemos su cuerpo y que nos entreguemos completamente a Cristo. Para ser completamente sanos es necesario nuestro “Si” explícito a Dios y sin poner condiciones. Este “si” a Cristo es cuando me comprometo a sentir las llagas y heridas de Cristo en mi propio cuerpo y a fortalecer mi sangre con la Sangre de Jesús. El “si” que le damos al Señor debe ser sin condiciones “Si”, si Señor, tu puedes sanar y yo “si” puedo cambiar mi actitud de vida mundana. A veces ponemos obstáculos y trancones para responder a Jesús: “el odioso ‘pero’ al plan sanador de Dios: ‘Si Cristo pero antes tengo que pensarlo’; ‘Si pero no estoy seguro’; ‘si, pero debo divertirme primero’; ‘si pero estoy muy joven todavía” etc.

Ese “pero” es lo más perjudicial para que se desarrolle el poder sanador, para que Dios actuara con todo su poder y para que podamos desarrollar una vida nueva y sana con nuestro Salvador. El secreto de una sanación completa es decirle firmemente a Cristo: “Si quiero”, “Si puedo”, “Si te sigo”, “Si te amo”, “si confió en tu poder”, “Si sáname Señor”. No puede existir alguien completamente sano si su interior permanece enfermo y en su corazón existe la palabra: “NO” para la obra de Cristo, el medico divino. Señor Jesús, dame fuerza, firmeza y fortaleza para decirte “si” en todo momento y recibir la sanación que con amor y gratuitamente tú me ofreces.

Thursday, September 22, 2011

VI Misión de Fe y Sanación en California


Por el Rev. Jose Eugenio Hoyos

Niños y jóvenes con banderas de diferentes países desfilaban llenos de gozo y movidos por el Espíritu Santo en la inauguración de la “VI Misión de Fe y Sanación” evento anual organizado por la Comunidad Católica “Jesús Nazareno” en Palmdale, California.


Cerca de 2500 personas se dieron cita a tan esperado acontecimiento y gran festival de fe y oración que tuvimos la oportunidad de vivir minuto a minuto.
Una envidiable organización por parte de la junta directiva con colaboración de un gran grupo de comprometidos voluntarios que trabajaron exitosamente para rendirle homenaje al Salvador y Sanador del mundo: Cristo Jesús, El Nazareno.


Los predicadores fuimos: Padre Elías Arambula, cantautor y predicador venido desde Sonora, México, el Padre José Eugenio Hoyos, director de la Renovación Carismática de la Diócesis de Arlington, Virginia; los laicos Karen Guevara y Fernando Arévalo de California.




Realmente esta misión nos llamaba urgentemente a todos a ser parte de sanar la tierra (Dt 6, 1-3). Y a que transformáramos el desierto y la ceguedad de nuestras vidas en un hermoso jardín.
Hoy más que nunca Jesús se manifestó gratamente trayendo Sanación a los miles de participantes que no se cansaban de orar, alabar, gozarse en el Señor. Pues poco a poco íbamos experimentando como Cristo nos transformaba y sacaba del desierto del dolor, de la depresión, del odio, de la enfermedad en pastos verdes y jardines fértiles llenos de prosperidad. Aquí en California, Dios no solo derramó agua sobre el desierto, sino que derramo abundantemente el Espíritu Santo, dando Sanación, Paz y alivio a todos los asistentes de esta VI Misión Carismática.
Cuando nos hacemos fértiles en Cristo de esa manera estamos llamados a dar buenos frutos y frutos abundantes. Definitivamente solo Cristo puede sanar el dolor y el sufrimiento de la nación, pues de verdad estamos y quedamos “Bendecidos, Sanados, Encendidos: por el Fuego del Espíritu Santo y en “Victoria” porque con Cristo le ganaremos la batalla a la enfermedad.

¿Realmente me amas?



Por José E. Hoyos
Cuantas veces le decimos a Dios que le amamos, pero es solo de labios hacia afuera, no hay mucha sinceridad. Si realmente amamos a Cristo entonces hay que visitarlo con frecuencia frente al Santísimo Sacramento. Asistir a Misa y recibir los Sacramentos de la Penitencia y la Sagrada Comunión, orar más y rezar con entusiasmo y devoción el Santo Rosario.

La pregunta que nos hace hoy en día Jesús a cada uno de nosotros es la misma pregunta que le hizo Jesús a Pedro: “Pedro, ¿me amas?” (Juan 21:16). Nuestro Señor pregunto a Pedro si amaba su persona. NO le pregunto si amaba el Reino de Dios, o al pueblo de Dios. Empieza y termina con su amor al hijo de Dios. Cuantas veces y nos quedamos callados. “Pedro, ¿me amas?” Pedro, un poco desconcertado vuelve a contestar, tu sabes que te amo. Pedro, “¿me amas? “ a la tercera vez Pedro comprende que el Señor no le está preguntando simplemente sobre un aprecio natural hacia un maestro o amigo, sino de una entrega total de tu cuerpo, alma y espíritu a Dios. Hoy Jesús con sus palabras vuelve a tocar las fibras más íntimas del corazón de Pedro, y después de una reflexión de su vida y su corazón Pedro exclama: Señor, Tú sabes las cosas, Tú sabes que te amo.

Al final de los días, Pedro fue condenado a morir como Jesús, ido ser crucificado con la cabeza hacia abajo, dando la gloria suprema con su vida y con su muerte al Señor. Esta es una invitación a que te unas a servir a Cristo y a su Iglesia. Debemos ser sinceros con Cristo cuando Jesús nos haga alguna pregunta mirémoslo a los ojos y después de contestarle hay que seguirle hasta el final. El Espíritu Santo nos hace tomar conciencia de nuestra pertenencia a Cristo, por encima de cualquier movimiento o asociación. Toda división es mutilación de los miembros del Cuerpo de Cristo.

Estamos enamorados de Cristo cuando deseamos pasar ratos con El. Cuando ya no podemos entrar en nuestra vida sin Él. Cuando deseamos que Él crezca en nosotros, cuando lo tenemos presente en nuestras decisiones. Entonces Jesucristo es Dios en nuestra vida, y no un pequeño ídolo al cual manipulando según nuestros gustos. Si Jesucristo nos preguntara por tres veces: ¿me amas? ¿Cuál sería nuestra respuesta?

“¡Anímense!, que Yo he vencido mundo”

Rev. José E. Hoyos


Nuestra fe católica nos muestra varias formas y caminos para encontrar la verdad en Cristo, y animarnos a seguir viviendo y participando como miembros activos en la Iglesia. Jesús nos dice con firmeza y autoridad: Animo, animo, animo! Yo he vencido al mundo y venceré el pecado y todo lo que es negativo en tu vida.




Cristo conoce perfectamente las dificultades a las cuales nos estamos enfrentando; las pruebas y las situaciones que nos tienen preocupados y tristes. Por tal razón, hoy vienen con fuerza a regalarnos un soplo de vida especial cuando nos dice: “Les he dicho todo lo anterior para que en Mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque Yo he vencido al mundo” (Juan 16, 29-33). Hoy en este momento Dios nos viene a traer una nueva vida, una nueva esperanza, una gran oportunidad para comenzar de nuevo con unas cortas palabras, pero tan reales y tan llenas de vida que tendrían que confortar nuestro corazón. Están acompañadas de la fuerza del Espíritu Santo.


En la vida tendremos muchos obstáculos que saltar, pero no le pidamos a Dios que nos quite los obstáculos, sino que nos ayude a poderlos saltar. En San marcos 6-47 y siguientes nos dice: “Animo, soy Yo no teman”, subió entonces con ellos a la barca y el viento se calmó. Ellos quedaron más sorprendidos todavía”.

Con nuestra actitud de miedo en la vida, perdemos la oportunidad de ver o encontrar cosas maravillosas, como por ejemplo, tener un encuentro personal con Cristo Jesús, creer en la intercesión de Maria nuestra Madre, de disfrutar el rezar el Santo Rosario en familia, etc.
No es momento de tener miedo, ni mucho menos de rendirnos, no hay nada que te pueda hacer dejar de creer en lo que Dios ha hecho y seguirá haciendo en tu vida, por lo tanto ¡Anímate! Porque Cristo ya ha vencido muchas veces por ti, por mí y por todos.

Cristo nos da la salida a todo aquello que en su momento creíamos que no la tenía. Así es Dios, así es El, simplemente rindamos delante de Él y busquémoslo de corazón. Nos toca ahora dar la cara por Cristo, como El dio la vida por nosotros. El tener fe y creer en Cristo es el principio de toda bendición para el alma. No hay otro que sea tan enteramente digno de toda nuestra confianza como Jesucristo nuestro Señor. Jesús ya venció, así que anímate!

¡Wow, wow! ¡Que testimonios de Sanación en California

Por el Rev. Jose Eugenio Hoyos



Si mis queridos hermanos incrédulos y ateos como ustedes están leyendo: “Wow, Wow, Wow y Wow”, fueron las expresiones de miles de personas que con gran alegría asistieron a los 2 días de retiro espiritual en la “VI Misión de Fe y Sanación” celebrada en Palmdale, California este fin de semana. Verdaderamente dos días de intensidad y fuerza dadas por el Espíritu Santo que se derramó abundantemente. El Padre Elías Arambula y este humilde servidor, Padre Jose Eugenio Hoyos acompañado de una gran multitud fuimos testigos directos del poder de Dios. Sanando a los enfermos de cáncer, de depresiones, problemas en los riñones, colon, ulceras, próstata, migrañas, artritis, asma, pulmones, páncreas y la lista es larga de la acción sanadora de Cristo sobre todos los creyentes.





Las cartas y notas por internet que nos siguen llegando son impresionantes. La última nota que recibimos el día 21 de septiembre por internet nos dice: “Mi nombre es Lupe Fernández, vivo en Riverside, California. Asistí a la Misión por la invitación de una amiga que sabía por la depresión severa de la que estaba pasando, pues mi esposo Miguel me había abandonado hace 9 meses, después de asistir a la Misión el día sábado por la noche, mi esposo Miguel regresó, me pidió perdon y al día siguiente me acompaño a la Misión, le he perdonado, hay algo en sus ojos que me dice que su regreso al hogar es definitivo, pues por pura coincidencia u obra de Dios ese mismo día en la reflexión escuchamos la parábola del hijo prodigo, el cual afirmó una vez más que esta fue la obra de Dios. Gracia le doy al Señor y declaro que Cristo vive y vivirá por siempre en mi hogar. Gracias, Lupe! Y siguen los testimonios para la gloria de Dios. Padre Hoyos puede publicar este sencillo testimonio grande para mi vida y mis hijos para que Cristo se graficado. Amen.”
En realidad así será pues estamos y quedamos “Wow, Wow, Wow” admirados con Jesús