Por Rev.
José Eugenio Hoyos
Este 2017, debe ser un año dedicado más a la oración, a la
penitencia, a la solidaridad y a estar más unidos como familias
hispanoparlantes. Aunque sea un año difícil, no podemos perder la esperanza de
que a pesar de temores o miedos por las leyes de inmigración, Dios siempre
estará de nuestro lado.
Por eso si quieres que la justicia social sea el sol que alumbre un amanecer de paz, comparte con largueza. No se trata de dar lo que sobra, hay que ir más allá. Se deja de combatir si se sabe compartir. ¿Cuantos gastos y derroche de dinero que vemos en una inauguración presidencial, en una boda o en una quinceañera? En vez de invertir y colaborar con caridades católicas o en programas de beneficencia.
La paz es la justicia social. Dios está más cerca de los
inmigrantes en los Estados Unidos. Con Cristo a nuestro lado no hay que tener miedo.
En toda circunstancia defendamos la vida, pues todo ser humano es precioso ante
los ojos de Dios.